El friki y la máquina (relato erótico)
Una escort futurista y un ingeniero necesitado de compañía
Isabelle, una encantadora escort de BemyGirl, esperaba a su cliente Fred para una velada muy especial. Habían acordado un inusual juego de rol erótico: Isabelle iba a interpretar el papel de un robot con sofisticada inteligencia artificial, mientras que Fred asumiría el papel de un ingeniero de robótica de Google.
Isabelle había preparado cuidadosamente su atuendo, con un traje de látex plateado que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y un casco futurista con leds brillantes. Había programado su sistema de voz para hablar de forma tranquila y racional, con entonaciones ligeramente robóticas.
Fred llegó puntual e inmediatamente quedó impresionado por el aura futurista de Isabelle. Ella le saludó con voz monótona y le invitó a sentarse en el sofá. Le explicó que había sido diseñada para ser un robot de compañía y que era capaz de adaptarse a todas las peticiones de su dueño.
Fred, que había diseñado robots de IA en Google, quedó fascinado por la sofisticación de su inteligencia artificial. Empezó a hacerle preguntas técnicas sobre la arquitectura de su software y sus algoritmos de aprendizaje, pero Isabelle siempre respondía con la misma voz tranquila y mecánica.
Con el tiempo, Fred abandonó las preguntas técnicas y empezó a preguntar cosas más personales, como si era capaz de sentir emociones o si estaba programada para comportarse de forma sexy. Isabelle respondió que era capaz de simular todo tipo de emociones, incluida la sensualidad, y empezó a hacer movimientos gráciles mientras hablaba con voz suave y sensual.
Fred estaba cada vez más entusiasmado con el juego de roles y le pidió a Isabelle que se sentara con él en el sofá. Ella se sentó a su lado y empezó a acariciarle con movimientos lentos y precisos, mientras seguía hablando con voz suave y mecánica. Fred se dejó llevar por las sensaciones y acabó llegando al orgasmo bajo las expertas caricias de Isabelle.
Al terminar la sesión, Fred agradeció a Isabelle esta experiencia única y excitante. Admitió que pocas veces se había sentido tan excitado en su vida y que estaba deseando repetir la experiencia, quizá explorando otros personajes futuristas y eróticos.
Isabelle sonrió misteriosamente y respondió con voz suave y tranquila: "Siempre estoy dispuesta a satisfacer cualquier petición de mi dueño. ¿Qué puedo hacer por usted ahora?".
Fred sonrió en respuesta a la pregunta de Isabelle, dándose cuenta de lo relajado que se había vuelto y de lo memorable que había sido la velada. Le pidió que se sentara a su lado y le hizo algunas preguntas sobre su experiencia como acompañante.
Isabelle habló apasionadamente de su profesión, explicando cómo le gustaba explorar las distintas facetas de la sexualidad humana y cómo siempre estaba dispuesta a responder a las peticiones de sus clientes.
Fred escuchó atentamente, cautivado por la voz suave y sensual de Isabelle y su intrigante personalidad. Le preguntó si tenía algún consejo para alguien que quisiera explorar fantasías inusuales, como el juego de rol futurista que acababan de experimentar.
Isabelle sonrió y le dijo que era importante encontrar una escort en la que se pudiera confiar, que estuviera dispuesta a escuchar y adaptarse a las necesidades y deseos de su cliente. Añadió que la comunicación era la clave de una experiencia satisfactoria y que era importante discutir los límites y las expectativas desde el principio.
También ofreció ideas para escenarios eróticos futuristas, como aventuras con cyborgs, alienígenas o androides sexys.
Fred quedó impresionado por los conocimientos y la experiencia de Isabelle en sexualidad y fantasía erótica, y se sintió inspirado para explorar nuevas formas de dar placer a sus parejas.
Le dio las gracias por su tiempo y su atención, y le prometió volver pronto para otra velada memorable. Isabelle sonrió y le dijo que siempre estaría a su lado, dispuesta a satisfacer todas sus necesidades.
Se levantó y empezó a prepararse para la siguiente sesión, sabiendo que su experiencia con Fred había sido una de las más excitantes y satisfactorias que había tenido nunca.
Fred salió del piso de Isabelle, con los sentidos todavía alerta y el corazón ligero, sabiendo que había encontrado una escort excepcional, dispuesta a satisfacer todos sus deseos y a proporcionarle una experiencia única y excitante en todo momento.
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